jueves, 27 de febrero de 2014

CONSORCIOS TECNOLÓGICOS: La hora de la independencia... no tan cerca

La uva blanca sin pepa es la fruta que más se produce y exporta en Chile. Sin embargo, su éxito internacional se ve amenazado por la botrytis, un hongo que la afecta durante su guarda y traslado a los mercados. Resolver este problema, además de otros, como generar nuevas variedades de colores, o una distinta estructura del racimo para mejorar la calidad o disminuir costos de producción, son objetivos de uno de los consorcios tecnológicos financiados por el Fondo de Innovación para la Competitividad (FIC).

Por Alfredo Galleguillos Castro

Santiago, octubre 2010.- La inspiración del programa de Consorcios Tecnológicos Empresariales de Investigación viene de Australia. En ese país buscaron fortalecer el desarrollo competitivo de su sector productivo a través de alianzas público-privadas para generar entidades (consorcios) que unieran el acervo científico de las universidades con la orientación comercial de las empresas, para buscar resultados que fueran aplicables en proyectos concretos y económicamente sustentables.

En 2004 partió la idea en Chile, con nuevas reglamentaciones y convocatorias a concursar, pero no fue hasta 2006 cuando nacieron los primeros consorcios, de la mano de agentes coordinadores, como la Fundación para la Innovación Agraria (FIA), Corfo y Conicyt. Hay para todos los gustos: Consorcio Hortofrutícola, Biofrutales, de la Leche, Ovino, de la Papa, del Vino y Apícola.

Para afianzar esta alianza, el Estado pone una sola condición: que en un plazo determinado, usualmente 5 años, el consorcio (constituido en sociedad anónima) logre valerse por sí mismo. En definitiva, en 2010 algunos consorcios están llegando al plazo fatal para volverse independientes.

"No se puede hablar de éxito o fracaso. Aún es muy temprano para evaluarlos. Este programa debe considerarse una política de largo plazo, cuyos resultados serán visibles recién en cinco o diez años", señala Francisco Obreque, jefe de la Unidad de Programas y Proyectos de FIA.

Entonces, de lo que sí se puede hablar es de distintos grados de avance en los proyectos, lo que depende de cuándo empezó a operar el consorcio, el nivel de empresarización y de la calidad de la gestión de cada consorcio en particular, entre otras variables.

¿Cuáles son los resultados de este proceso?

Consorcio Hortofrutícola


Se constituyó en 2006 y en él participan 27 empresas productoras y exportadoras, la Asociación de Exportadores y la U. Católica, como socio tecnológico. El aporte del FIC bordea los 1.600 millones de pesos. Sus programas se orientan al mejoramiento genético para aumentar la competitividad del sector frutícola, en uva de mesa, manzana, carozos (duraznos, nectarines y ciruelas, cerezas) y frambuesa. En uva de mesa se trabaja en el mejoramiento de la variedad thompson seedless.

Ya se han obtenido tres generaciones de híbridos y este año comenzarán las evaluaciones.En lo comercial, hay que esperar ocho a diez años de investigación, asegura el gerente del Consorcio de la Fruta, Jaime Kong.

"En cinco años no se puede pedir otra cosa que programas focalizados y resultados intermedios", agrega. En cuanto al futuro, lo único que queda es seguir siendo financiados por los privados y esperar, dice, "una segunda fase del FIC, con un esquema de financiamiento público-privado más compensado", que hoy tiene una relación de 60/40.

Vinnova-Tecnovid


Comenzaron en 2006 en forma independiente, pero se fusionaron al poco andar. Cuentan entre sus socios a Vinos de Chile y sus viñas asociadas, más las universidades de Chile, Católica, de Talca, Concepción y Santa María. Dispone de financiamiento inicial por $5.109 millones, de los cuales $3.230 millones correspondieron a subsidio FIC vía Corfo.

De sus 32 proyectos en proceso o terminados, 24 fueron iniciales. El resto se sumó de acuerdo a las necesidades del sector. Entre los proyectos originales, varios tienen alguna demanda del mercado, ya sea como productos o servicios, como es el caso de biosensores y germoplasma.

"La autosustentación financiera puede ser alcanzada para la parte administrativa y la de generación de recursos propios, como son algunos servicios. Pero para realizar nuevas investigaciones se requerirían fondos adicionales", señala la gerenta de Vinnova-Tecnovid, Elena Carretero.

Consorcio Papa CHILE


Partió en mayo de 2008, agrupa a agricultores desde la Región Metropolitana a la Décima y tiene como socios tecnológicos a Inia y a U. de Los Lagos. El financiamiento a cinco años incluye un aporte del FIC por $1. 309 millones más $850 millones del sector privado.Ha tenido importantes avances en el desarrollo de nuevas variedades, tales como Patagonia-Inia, la primera de origen nacional resistente al tizón tardío, y la Puyehue-Inia, de color rojo y pulpa amarilla, apta para el mercado fresco y procesamiento. Pero el mayor éxito comercial fue la adquisición de los derechos para la venta de semillas Karu-Inia.¿Es suficiente para autosustentarse? "Aún no, aunque a futuro creemos que sí, ya que esperamos que la administración de la variedad Karu-Inia sea cada vez más rentable, al tiempo que irán saliendo nuevas variedades a partir del convenio que tenemos con Inia", sostiene Julio Kalazich, director de proyecto del Consorcio y del  Inia Remehue.

Consorcio Lechero


Sociedad Anónima desde 2006, cuenta entre sus socios a Fedeleche, Colún, Nestlé, Soprole, Surlat, Watt's, Bioleche, Cooprinsem, Todoagro Ltda., Universidad Austral e Inia. Sus ámbitos de investigación son la producción predial, industrialización, mercado, recursos humanos, y gestión ambiental y comunidad."Uno de nuestros objetivos es llegar a autofinanciarnos en el mediano plazo, e ir reduciendo el porcentaje de aporte fiscal a nuestro financiamiento", señala Sebastián Ganderats, gerente general de Consorcio Lechero S.A.

Consorcio Ovino


Se estableció en 2008 y lo conforman seis empresas y el Inia. Su financiamiento acaba de ser aprobado para una segunda etapa, luego de ser evaluada positivamente la primera, que se extendió entre 2008 y 2010. La nueva fase se prolongará hasta 2012 y contará con un aporte del FIC vía FIA de 523 millones de pesos.Sus proyectos incluyen genética,  capacitación, recursos pratenses, unidades demostrativas y creación de unidades de negocios, como el sistema para la determinación del diámetro de la fibra animal."En la segunda etapa, y en no más de 30 meses, deberíamos estar en condiciones de autosustentarnos, si nos concentramos únicamente en los negocios. Sin embargo, creemos que hemos ejercido una papel mucho más amplio, ya que hemos tratado de agrupar y trabajar en asociatividad, difusión y posicionamiento del rubro", explica Juan Carol García, gerente general de Consorcio Ovino S.A.

Consorcio Apícola


El Consorcio de Desarrollo Tecnológico Apícola nació en 2008 y pertenecen a él empresas del rubro, de servicios y tres entidades tecnológicas (universidades Austral y Mayor, e Inia). Su financiamiento bordea los US$ 2 millones para cinco años. El 59% proviene del FIA.La investigación se ha centrado en dos ámbitos: la sanidad y nutrición apícola y la aplicación de productos en salud humana y animal. En el primero se trabaja en el control de loque americana y varroa. Además, en el desarrollo de recursos humanos.En cuanto a sus perspectivas comerciales, han detectado gran interés publicitario por la revista Actualidad Apícola y esperan mucho del programa de capacitación de recursos humanos."Nuestras proyecciones señalan que en 2013, con la puesta en el mercado de nuevos productos provenientes de nuestro programa de Investigación, Desarrollo e Innovación, se logre el autofinanciamiento", anticipa Cristián Leal, el gerente general.

Biofrutales S.A.


Fundado en 2006 con financiamiento FIC, coordinado por Conicyt, que alcanza a $1.634 millones (los privados ponen $643 millones), tiene como socios a Fedefruta, Fundación Chile, Inia y universidades de Chile, Católica,Andrés Bello, de Talca y Federico Santa María, además de Agrícola Brown y varios viveros.Su investigación se concentra en mejoramiento genético, genómica e ingeniería genética de uvas de mesa y carozos. En estas áreas destaca la obtención de dos nuevas variedades de uva de mesa y 25 selecciones en campo, en tanto que en carozos se obtuvo un nuevo durazno conservero y 22 selecciones de campo. En genómica, se logró la identificación de genes y secuencias promotoras relacionadas con la respuesta de la uva a la botrytis. En duraznos y nectarines, se ha investigado el proceso de harinosidad y pardeamiento.Entre sus desafíos se encuentra impulsar la venta de productos y servicios, al tiempo que se buscará asegurar financiamiento mediante la estrategia comercial, nuevos socios e inversión pública.

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El Modelo Australiano

La iniciativa chilena de los Consorcios Tecnológicos Empresariales de Investigación tuvo por modelo al Programa de Centros de Investigación Cooperativa (CRC) de Australia, desarrollado con éxito desde 1991. En ese país se han llevado a cabo nueve rondas de creación de CRC, a través de las cuales se han generado 158 centros en seis sectores de la economía. No obstante, hoy sólo siguen operando 57. La cifra da cuenta de las dificultades que puede enfrentar una entidad tecnológica para seguir funcionando una vez que se termina el subsidio.


Octubre 2010



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