domingo, 30 de marzo de 2014

PIB AGRÍCOLA AMPLIADO: ¿Quién dice que la leche o el vino no son agrícolas?


El PIB Agrícola, indicador clásico para medir la importancia del sector agropecuario en la economía, quedó atrás. La nueva vara se llama PIB Agrícola Ampliado. “Una cuestión de sentido común”, dicen.


Por Alfredo Galleguillos Castro


Santiago, agosto 2010.- ¿Se menosprecia el aporte del sector agrícola en la economía y, por lo tanto, en la relevancia que le asigna el Estado a la hora de definir políticas para su desarrollo y fomento? La cuestión inquieta a investigadores, empresas, trabajadores y autoridades, quienes se preguntan si al medirse el Producto Interno Bruto del sector agrícola no debieran también incluirse producciones hoy consideradas procesadas, como el vino, los derivados lácteos y los congelados, entre otros. Y le han puesto nombre: PIB Agrícola Ampliado.

De acuerdo a convenciones internacionales, el aporte del sector al Producto Interno Bruto (PIB) se calcula sobre el valor de la producción silvoagropecuaria comercializada durante un período determinado menos el costo de los insumos requeridos para su elaboración. Sin embargo, en ese PIB sólo se consideran los productos primarios de la actividad. Es decir, en el caso de frutas, verduras y hortalizas, sólo a lo cosechado.

"En Chile la mayor parte de la población es urbana, lo que ha llevado a un gran desconocimiento de la realidad de la agricultura y del sector rural, y de la verdadera contribución que esta actividad hace a la economía del país", indica Claudio Barriga, consultor internacional.

De hecho, Chile produce y exporta principalmente productos agrícolas con valor agregado. Es decir, fruta fresca, el vino, leche, celulosa y carne, sin embargo éstos no son considerados en el momento de calcular el PIB.

¿Por qué la fruta fresca que se exporta no está considerada? Porque luego de ser cosechada (actividad primaria) se somete a procesos de selección, limpieza, empaque y transporte, lo que hace que sea considerada una actividad secundaria. Similar es lo que ocurre con el vino, los lácteos, la celulosa y la carne, entre otros, los que al tener algún tipo de proceso posterior a la cosecha los transforma en productos secundarios y éstos no clasifican en el PIB agrícola.

"Considerar únicamente el valor agregado de la actividad primaria es algo que va contra el sentido común. Nadie pensaría que el vino o la leche no tienen que ver con el rubro agrícola, aunque algo de su valor agregado forme parte del PIB de la industria manufacturera", asevera el ministro de Agricultura, José Antonio Galilea.

Por ello el concepto de PIB Agrícola Ampliado permite incorporar a la medición buena parte de lo que genera el sector. De otra forma no se puede dimensionar su real impacto y lo que lo deja mal posicionado frente a la toma de decisiones políticas y económicas.

"Para analizar el impacto nacional del crecimiento de este sector, además de su rol social y económica, el PIB Agrícola Ampliado es muy relevante, pues sirve al momento de hacer consideraciones sobre el gasto y la inversión pública, el combate a la pobreza y el desarrollo de las regiones. Además, es un parámetro relevante en la preocupación acerca de la evolución del tipo de cambio", apunta Alberto Valdés, economista e investigador del Departamento de Economía Agraria de la Universidad Católica, quien fue uno de los impulsores de la idea de incorporar el PIB Agrícola Ampliado a los análisis económicos referidos al rubro.

El dinamismo del sector agroindustrial -en especial, la fruticultura- contribuye significativamente a aumentar las tasas de empleo y los índices de actividad económica en general de importantes regiones del centro sur del país. "Su aporte a la reducción de la pobreza es fundamental", indica Valdés.

"Existe una especie de subvaloración a nivel país del sector agrícola. Pero en regiones como la Sexta y Séptima, resulta vital. Todo depende de este rubro, desde el transporte hasta el comercio, todo. Los encadenamientos de la actividad suponen un efecto multiplicador con grandes implicancias en lo productivo, laboral y social", agrega Ema Budinich, gerenta de estudios de la Sociedad Nacional de Agricultura.

Encadenamientos y consensos


¿Qué hace el Ministerio de Agricultura al respecto? "En el ministerio se trabaja con toda la cadena, desde la producción agropecuaria, pasando por la elaboración industrial de los productos, hasta su distribución para el consumo interno o para su exportación", señala el titular de la cartera.

De hecho, es a partir de las cifras sectoriales que entrega el Banco Central, organismo encargado de calcular el PIB, que los expertos del ministerio realizan las proyecciones correspondientes al PIB Agrícola Ampliado.


El problema es que todavía no existe un consenso en cuanto a la forma de medir este indicador ampliado.

"En algunas ocasiones interesa enfatizar los vínculos con la actividad forestal, en otras con la pesca o la industria alimentaria. Mientras quede claro qué actividades se están incorporando al indicador, pueden coexistir diferentes alternativas de cálculo", dice el ministro Galilea.

Otro motivo en la falta de un consenso en las cifras es que algunas estimaciones atribuyen a la agricultura todo el PIB de los sectores relacionados. ¿Por qué no debe ser así? Porque todos los sectores productivos demandan insumos de otros sectores (encadenamiento hacia atrás) y, al mismo tiempo, proveen productos que se utilizan como insumos por otros (encadenamiento hacia adelante). "Por lo tanto, una simple suma de los PIB sectoriales sobrestimaría el rol de la agricultura nacional, ya que el PIB de cualquier sector podría ser atribuible a contribuciones de múltiples sectores", afirma el investigador del Departamento de Economía Agraria de la UC.

Aunque no existe consenso sobre cómo medir el PIB Ampliado, sí lo hay en "el reconocimiento de que la importancia del sector agrícola se extiende más allá de la producción de alimentos", enfatiza Adrián Rodríguez, oficial a cargo de la Unidad de Desarrollo Agrícola de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe,  Cepal.

El encadenamiento implícito con los demás sectores con el agrícola convierte al PIB Ampliado en una perfecta vara para medir las consecuencias que tendría la eventualidad de una crisis, con evidentes impactos en el crecimiento económico, índices de empleo y aumento de la pobreza.

Por esto, el representante de Cepal recomienda una mayor preocupación del Estado para "lograr una mejor articulación de todas las fuentes de innovación relevantes para la agricultura", incluyendo las públicas y privadas, e integrando a organizaciones industriales, consultores y productores.

Además, sostiene, el sector posee un desafío pendiente: "Se requiere desarrollar capacidades para abordar nuevos temas, como la biotecnología y la bioseguridad, el cambio climático y el manejo sostenible de los recursos naturales, especialmente el agua y los suelos".

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PIB Agrícola vs. PIB Ampliado

Aunque no existe unanimidad sobre cómo cuantificar el PIB Agrícola Ampliado, los expertos coinciden en que éste debe ubicarse entre un 10% y un 12% del PIB Nacional. El siguiente es el cálculo del Ministerio de Agricultura.


2003
2004
2005
2006
2007
2008
20091
Actividad Silvoagropecuaria2
3,60
3,68
3,81
3,88
3,73
3,71
3,95
PIB sectorial más Pesca3
12,57
12,95
12,92
12,82
12,65
12,60
12,45

(Porcentajes del PIB Nacional)

Notas:
1 Cifras provisionales.
2 Incluye agricultura, fruticultura, ganadería y silvicultura (actividades primarias).
3 Incluye la pesca extractiva y la industria agro procesadora (alimenticia, bebidas y tabaco, maderas y muebles, y papel e imprentas).

Fuente: Odepa, con datos del Banco Central.


Agosto 2010


Extra bonus

El Ministerio de Agricultura publicó el año 2013 el estudio: “¿Cuál es el tamaño económico del sector silvoagropecuario en Chile? Cálculo para el año 2008 considerando sus encadenamientos”. Sus autores con William Foster y Alberto Valdés. Está en formato PDF. Descargar.

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